sábado, 16 de noviembre de 2013

Masonería Revolucionaria en Hispanoamérica (La Masonería Mítica de Francisco de Miranda de Seal Coon) Comentarios de Eloy Reverón

LUNES, 1 DE JULIO DE 2013


Como consecuencia del excelente artículo publicado por este investigador británico masón, de origen jamaiquino, sobre Simón Bolívar Masón, el hermano F.W. Seal Coon publicó en el número 94 del año 1981 de la revista Ars Quatour Coronatorum de la logia Ars Quatour Coronati N 2076 de Londres este artículo sobre la masonería revolucionaria hispanoamericana de donde surgió el título de la Masonería Mítica de Francisco de Miranda.

Por el sonido del mismo título ya crea alguna contradicción con lo que se había pensado durante casi tres décadas sobre la relación de Francisco de Miranda con la masonería del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Para este investigador masón británico, la visión de un Miranda Masón está en el plano de la mitografía masónica hispanoamericana. 

Esto no es un capricho o un impulso antimasónico como pudieron calificarlo en su momento desde la perspectiva de la Masonería Mirandiana venezolana. Estamos hablando del trabajo de un investigador serio, periodista delCaribean Contac, cuyo trabajo publica la más prestigiosa y tradicional logia de investigación histórica del Reino Unido. Un trabajo impecable desde el punto de vista técnico y ético.

El artículo fue traducido por E. Reverón a finales de la década de los ochenta, y los masones venezolanos prestaron poca atención, tanto al artículo de Seal Coon, como a los comentarios que este generó en el ambiente historiográfico del momento. Lo relevante es que existe una masonería Mirandiana que asume a Miranda como su fundador e inspirador, o héroe prototipo masón. Y como lo señala Seal Coon en su artículo, el hecho de que hubiese estado convencido de que Miranda, ni fue masón, ni creo un sistema psudo masónico político de alcance continental, ninguna de estas realidades, desmerece el brillo de la personalidad de Miranda. 

El culto a la personalidad de Francisco de Miranda, requiere una visión mejor elaborada que la que se maneja como lugar común entre los masones venezolanos del siglo XX. Ellos otorgan más peso a la presunta condición masónica de Miranda que a sus méritos personales. Ese lugar común se refiere a pensar que sólo por su condición masónica "un isleño, blanco de orilla caraqueño" admitido en los círculos políticos estadounidenses. Ignoran olímpicamente que Miranda fue un prócer de la guerra por la independencia de los Estados Unidos, y que el mismo J.K. Adams declaró a la prensa que Miranda no sólo era uno de los hombres mejor ilustrados y cultos que había conocido, sino que además un erudito en estrategia militar y conocedor de la historia militar de la guerra de Independencia de los Estados Unidos que recién había terminado. Cada quien lo proyecta desde sus propias pequeñeces o desde sus delirios de grandeza.

Caso semejante sucede con su relación con la zarina Catalina, con quien cultivó una amistad proveniente de una admiración mutua. El hecho de que la Reina de Rusia lo hubiera recibido en su corte y le hubiera otorgado pasaporte diplomático ruso con permiso para vestir el uniforme de coronel de Su Majestad, también es atribuido a méritos diferentes a su talento y a la necesidad de asesoría en política internacional que requería para las futuras negociaciones con Estados Unidos con respecto al territorio de Alaska.

De estos temas nos ocuparemos con más detalle en próximas actualizaciones, a los interesados les rogamos estar atentos.

sábado, 7 de septiembre de 2013

La Sociedad patriótica, nueva forma de hacer política. por Eloy Reverón

Cuando las noticias del 19 de abril de 1810 llegaron a la casa del Gran Mariscal de Valmi y prócer de la independencia de los Estados Unidos en Pensacola, aún no se había recuperado de su fallida intentona golpista de Ocumare , y de su desembarco en la Vela de Coro.(1806), esperaba en Londres el momento propicio para involucrado con el añorado proyecto que brotó cuando ya parecía que estaban gastadas las fichas. 

En el mes de Julio de 1810 recibió a la misión diplomática de una Junta de Gobierno que no había sido reconocida por el Gobierno Británico, cuya rivalidad con el Imperio español se mantenía en bajo perfil, porque desde 1808, compartía la amenaza del Corso. Andrés Bello, Luis López Méndez y Simón Bolívar serían recibidos en el número 58 de Grafton Way, la casa de un paisano que se había hecho ciudadano del mundo, quien visualizaba una nación continental, algo así como los Estados Unidos de América Hispana.
Frente a la logia  Estrella de Guanipa N 41
en la Calle Miranda de El Tigre
Miranda mantenía relación de amistad con un librero francés que sabemos vinculado a la masonería francesa por la vía del historiador Paul Verna, quien visitó la tumba de Leleaux en el panteón masónico del cementerio de Calais.  Al parecer Pedro Antonio Leleaux tenía la experiencia organizando logias, de la cual carecía el joven Simón Bolívar, cuya experiencia masónica no llegó más lejos que los tres meses, entre los cuales había vivido una pasantía masónica suficiente para recibir los tres grados de la masonería mixta en la Logia San Andrés de Escocia que se reunía en París. Una logia mixta de "Los Derechos Humanos", el mismo Verna aseguró Janna de la Salle era una mujer, no se trata de ningún Jesús María. 
Detalle de Pedro Centeno Vallenilla
La estrategia mirandina consistía en conformar un foro paralelo, a los Ayuntamientos y al Congreso Constituyente, capaz de ejercer presión suficiente para radicalizar el proceso. La Sociedad Patriótica  responde al modelo de logia política para masónica o inspirada en la forma organizativa de las logias de la masonería.
Muchos mantuanos se mantuvieron fieles a su rey y justificaron la Independencia como una estrategia temporal, mientras su rey recuperaba su vigor. La Sociedad Patriótica era una forma de hacer política para una clase social que estaba comenzando a existir. El mundo cambiaba rápidamente, pero aquellos se aferraban tanto a sus privilegios, que no veían la realidad. Sin embargo, pasará un siglo antes que todos internalizaran que la guerra no es la única manera de hacer política.

lunes, 2 de septiembre de 2013

La masonería del siglo XVIII en mis fichas de Ferrer por Eloy Reverón

En el fichero de cartón, que utilizaba en la década de los ochenta para abordar el tema de la historia de la masonería encontré esta que corresponde a la conclusión número 20 de un total de 34, las cuales pertenecen a una obra de cuatro volúmenes, el IV, apenas consta de 832 páginas para albergar el tema "La otra cara del conflicto, las conclusiones y la bibliografía. El título de la obra Masonería, Iglesia E Ilustración (Un conflicto ideológico-político-religioso) Madrid, Editado por la Fundación Universitaria Española, Seminario Cisneros, 1977.

El Doctor José Antonio Ferrer Benimeli trata en este tomo temas tan delicados como el sentido religioso de la masonería, la beneficencia masónica, el clero francmasón del siglo XVIII, un catálogo de logias masónicas, e índices para los catálogos masónicos, apéndices, ilustraciones, onomásticos y geográfico. Todo esto apenas en la primera parte del tomo. 

En la segunda parte se ocupa de la bibliografía ocupa desde la página 275 hasta la 831. Desde la página 275 hasta la 391 realiza el comentario sistemático, y debidamente clasificado de las 6006, seis mil seis obra que registra. Ya en 1974 había publicado Bibliografía de la Masonería (Introducción histórico-Crítica) donde registra 3438 publicaciones con el mismo orden y sistemático de todas sus obras. Recientemente me enteré de que tiene un tercer tomo con más de nueve mil títulos.
Advierto a quienes comienzan a estudiar algún tema sobre historia de la masonería, de donde sea: ningún investigador que se precie como tal, no debe por ningún motivo dejar de consultar a Ferrer. Si encuentra algún libro donde no lo citan o no lo conocen, desconfíen de ese autor. 
  
He aquí lo que transcribimos de su vigésima conclusión en lo que respecta a la masonería del siglo XVIII.

"La unanimidad de noticias, informes, publicaciones, correspondencias, etcétera, a lo largo de todo el siglo XVIII, provengan del país que sea, resulta tan reveladora como todas sus propias Constituciones. La masonería del siglo de las luces, dejando a un lado las desviaciones y errores propios de toda organización que adquiere una gran difusión, aparece como una gran reunión - por encima de las divisiones políticas y religiosas del momento - de hombres que creían en Dios, que respetaban la moral natural, y que querían conocerse, ayudarse y trabajar juntos a pesar de la diferencia de rango social, y de la diversidad de sus creencias religiosas, y de su filiación a confesiones o partidos más o menos opuestos. 
El denominador común de la masonería en el siglo XVIII,(...) es el de una asociación admiradora de la armonía de la naturaleza, obra del Gran Arquitecto del Universo, y propagadora de la amistad universal entre los hombres. Ideal vago y atrayente que llenaba los espíritus prerománticos y que permitía a cada uno encontrar en las logias su bienestar, gracias a la tolerancia de los demás.
En este sentido, incluso en el juramento que tanto inquietaba a los gobiernos  y a la Iglesia, es reveladora la cláusula exigida antes de ser prestado, en la que expresamente se especificaba que en la promesa que iban a hacer no existía nada en contra de los deberes de Dios, la Religión, el Soberano y la Patria."

Si quiere información sobre el Conde Aranda y la Masonería haga click aquí.

viernes, 7 de junio de 2013

Logia Estrella de Guanipa N 41 Francisco Storms





Logia Estrella de Guanipa N 41
 El Tigre 
Estado Anzóategui
"Con este número habían sido establecidas las logias "Estrella de Barlovento N 41(aparece en la nómina de 1885), en Río Chico y al mismo tiemo, la Sol de los Llanos N 41, en Ortiz del Estado Guárico, en 1870. Estas logias en el transcurso de algunos años se extinguieron.




La Respetable Logia Simbólica "Estrella de Guanipa N 41 es instada el 15 de noviembre de 1941, realizando su meritorio Taller, un extraordinario trabajo de acción social, en beneficio de la colectividad de esa población de tan reciente fundación en la región oriental del País.





miércoles, 30 de enero de 2013

Miranda y la genealogía mítica de los masones venezolanos por Eloy Reverón

Francisco de Miranda Francmasón y padre de la masonería indoamericana es resultado de la construcción de una genealogía mítica para afianzar la imagen pública de los masones venezolanos, que se remonta a principios del siglo XX. Igual que la leyenda de los presos que iniciaron en los augustos misterios a los carceleros, y éstos, a cuenta de hermanos masones los dejaron escapar.

Muchas veces he definido ¿Qué es la Masonería?  La realidad histórica es que la masonería como sociedad fraternal, filantrópica, de socorro mutuo, de pensamiento; como lugar de adscripción donde se pueden tocar temas que no se pueden discutir con todo el mundo; como un espacio discreto donde establecer relaciones de confianza con iguales; donde los temas políticos y religiosos no pueden ser confrontados y sobre todo como una escuela de formación moral y cívica donde se busca el despertar de la conciencia ciudadana. Esa masonería comenzó a llegar a nuestra 
América con la apertura del los puertos al comercio marítimo a partir de la crisis de autoridad de la corona española a partir de 1808. Antes de esa fecha habrá habido masonerías entendidas como genérico de sociedades secretas de conspiradores. No debemos confundir.

La revisión minuciosa de la documentación y el discurso de los masones venezolanos del siglo XIX nos ha permitido identificar dos momentos estelares en la conformación de la institución masónica en Venezuela. Los Francmasones; tanto los de la Sucinta relación histórica de la institución masónica venezolana de Valentín Espinal de 1852; como la de Historia de la Masonería y las sociedades secretas de José de Jesús Castro de 1858, están de acuerdo en que los primeras logias llegaron a nuestros puertos a partir de 1808 y en los campamentos militares, de la Legión Extranjera o Legión Británica, como las filas del ejército español que acompañó al general Pablo Morillo en su intento por reconquistar pacíficamente, su poder colonial en Venezuela.

Américo Carnicelli, masón colombiano de origen italiano, quien además estudió archivos estadounidenses nos ofreció una lista, que a diferencia de la mayoría de las elaboradas en el siglo XX, nos señala el origen de las cartas patentes de algunas logias. Una característica de este escritor: la honestidad. Fue incapaz de colocar en sus listas, nombre de masón alguno, que no provenga de un documento masónico. Los datos de sus listas no provienen de fuentes bibliográficas, ni de chismes periodísticos. Provienen de documentos masónicos.

Es importante no olvidar a Bartolomé Tavera Acosta (1865 1931) como otro investigador masón serio o con sentido crítico como para no confundir las reuniones políticas de la quinta de la familia Bolívar en Bárcenas, con masonería. Es un investigador del siglo XX pero no cayó en apasionamientos fanáticos ni en la genealogía mítica. 

Ya hemos explicado como estaba constituida la masonería venezolana a partir de la segunda mitad del siglo XIX. También elaboramos una lista de los hermanos que ocuparon el cargo de Gran Maestro de la masonería venezolana objeto de nuestro estudio.

Nos interesa dejar sentado por ahora la idea de varios años primordiales. 1808, año de la apertura comercial y de la formación de las primeras logias de puerto; 1817, fecha que para muchos masones del siglo XIX y hasta la mitad del siglo XX consideraron como fecha inicial de la genealogía masónica venezolana; y 1824 como fecha de instalación de la Gran Logia de Colombia; 1828, fecha de proscripción de la masonería en la Gran Colombia; 1838, Fecha cuando Diego Bautista Urbaneja reorganiza la Gran Logia de de Venezuela, cuyas reuniones se realizaban en el número 12 de la esquina de Traposos, propiedad de Manuel Felipe Tovar, descendiente del Conde de Tovar; finalmente, 1853, fecha que inicia un proceso de re unificación y organización definitiva de la Gran Logia de Venezuela.