lunes, 2 de septiembre de 2013

La masonería del siglo XVIII en mis fichas de Ferrer por Eloy Reverón

En el fichero de cartón, que utilizaba en la década de los ochenta para abordar el tema de la historia de la masonería encontré esta que corresponde a la conclusión número 20 de un total de 34, las cuales pertenecen a una obra de cuatro volúmenes, el IV, apenas consta de 832 páginas para albergar el tema "La otra cara del conflicto, las conclusiones y la bibliografía. El título de la obra Masonería, Iglesia E Ilustración (Un conflicto ideológico-político-religioso) Madrid, Editado por la Fundación Universitaria Española, Seminario Cisneros, 1977.

El Doctor José Antonio Ferrer Benimeli trata en este tomo temas tan delicados como el sentido religioso de la masonería, la beneficencia masónica, el clero francmasón del siglo XVIII, un catálogo de logias masónicas, e índices para los catálogos masónicos, apéndices, ilustraciones, onomásticos y geográfico. Todo esto apenas en la primera parte del tomo. 

En la segunda parte se ocupa de la bibliografía ocupa desde la página 275 hasta la 831. Desde la página 275 hasta la 391 realiza el comentario sistemático, y debidamente clasificado de las 6006, seis mil seis obra que registra. Ya en 1974 había publicado Bibliografía de la Masonería (Introducción histórico-Crítica) donde registra 3438 publicaciones con el mismo orden y sistemático de todas sus obras. Recientemente me enteré de que tiene un tercer tomo con más de nueve mil títulos.
Advierto a quienes comienzan a estudiar algún tema sobre historia de la masonería, de donde sea: ningún investigador que se precie como tal, no debe por ningún motivo dejar de consultar a Ferrer. Si encuentra algún libro donde no lo citan o no lo conocen, desconfíen de ese autor. 
  
He aquí lo que transcribimos de su vigésima conclusión en lo que respecta a la masonería del siglo XVIII.

"La unanimidad de noticias, informes, publicaciones, correspondencias, etcétera, a lo largo de todo el siglo XVIII, provengan del país que sea, resulta tan reveladora como todas sus propias Constituciones. La masonería del siglo de las luces, dejando a un lado las desviaciones y errores propios de toda organización que adquiere una gran difusión, aparece como una gran reunión - por encima de las divisiones políticas y religiosas del momento - de hombres que creían en Dios, que respetaban la moral natural, y que querían conocerse, ayudarse y trabajar juntos a pesar de la diferencia de rango social, y de la diversidad de sus creencias religiosas, y de su filiación a confesiones o partidos más o menos opuestos. 
El denominador común de la masonería en el siglo XVIII,(...) es el de una asociación admiradora de la armonía de la naturaleza, obra del Gran Arquitecto del Universo, y propagadora de la amistad universal entre los hombres. Ideal vago y atrayente que llenaba los espíritus prerománticos y que permitía a cada uno encontrar en las logias su bienestar, gracias a la tolerancia de los demás.
En este sentido, incluso en el juramento que tanto inquietaba a los gobiernos  y a la Iglesia, es reveladora la cláusula exigida antes de ser prestado, en la que expresamente se especificaba que en la promesa que iban a hacer no existía nada en contra de los deberes de Dios, la Religión, el Soberano y la Patria."

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